Ciudades de España: el momento de la bici compartida ha llegado, y es ahora
14 de abril de 2023

Ciudades de España: el momento de la bici compartida ha llegado, y es ahora

Fifteen
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Los sistemas públicos de bicicletas compartidas han tenido sus altibajos. Mientras que algunos de los sistemas que se inauguraron a principios de la década de los 2000 tuvieron que cerrar durante la crisis económica, ahora vemos sistemas floreciendo por toda España y en todo tipo de ciudades. ¿Por qué es ahora el momento de plantear un proyecto de bici compartida?

Las tecnologías han evolucionado, las empresas operadoras son mucho más eficientes y las ciudades han aprendido la lección. Los servicios públicos de bicicletas compartidas han vuelto para quedarse, y ya lo estamos viendo en cientos de ciudades de todos los tamaños en todo el mundo.

En España, mientras algunas ciudades como Gijón, Santander, Palma... y más, ya están dando un paso adelante, muchas aún tienen dudas al respecto. 

El objetivo de este artículo es informar sobre qué causo que este tipo de proyectos fracasaran en el pasado y por qué la bicicleta compartida está a las puertas de una era de crecimiento en España. Concluiremos con un extra: ¡hablaremos de financiación!

Guía: 5 fases para poner en marcha un servicio de bicicletas compartidas

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Bicicleta compartida: la respuesta a los retos de hoy

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Para alcanzar nuestros objetivos climáticos, cada individuo, de media, no debería emitir más de 2 toneladas de CO2 al año (el equivalente a un Madrid-Nueva York en avión).

En España, las emisiones medias de CO2 por persona y año se sitúan actualmente en torno a las 5 toneladas (fuente: datosmacro)

Dado que el transporte representa el 30% de las emisiones totales de CO2, es urgente potenciar el uso de la bicicleta en todos los ámbitos, y la bici compartida tiene un papel clave que desempeñar.

De hecho, los estudios demuestran que muchos desplazamientos podrían hacerse fácilmente en bicicleta en lugar de en coche. Los resultados de un estudio realizado por miembros de la Universidad Politécnica de Madrid muestran que entre el 30% y el 40% de los desplazamientos en coche podrían sustituirse por modos activos (fuente: ResearchGate, ejemplo de la ciudad de Vitoria-Gasteiz)

Ahora más que nunca, los ayuntamientos deben apostar por desarrollar modos de transporte sostenibles. En España, las ciudades tienen que cumplir dos obligaciones legales principales.

Obligaciones legales de las ciudades españolas para reducir emisiones

  1. Para 2030, todas las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes deberán haber reducido sus emisiones de CO2 en un 23% respecto a 1990.
  2. A finales de 2023, todas las ciudades de más de 50.000 habitantes (y las ciudades de más de 20.000 habitantes con mala calidad del aire) tendrán que implementar Zonas de Bajas Emisiones y, por tanto, proponer medios de transporte alternativos, por supuesto sostenibles.

Y los sistemas de bicicletas compartidas son la solución porque...

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Bicicletas compartidas - Gijón - más información
  • Usar el sistema público de bici compartida es el primer paso del ciudadano hacia el cambio modal. Sobre todo para quién no tiene bicicleta o aan no quiere comprar una, pasando a disponer de una bici a “golpe de app”. En el informe de 2021 sobre las bicicletas compartidas en el Reino Unido, la mitad de los usuarios británicos declararon que estas fueron un catalizador para volver a montar en bicicleta. (fuente: CoMoUK)
  • Son eficaces para reducir las emisiones de CO2: en un estudio nacional de la Agencia Francesa para la Transición Ecológica midió que los usuarios de bicicletas eléctricas compartidas conducen 236 km menos al mes de media
  • Gracias a ciertas tecnologías, ahora pueden instalarse fácilmente en todo tipo de zonas, y son una palanca clave para aumentar la aceptación social de las Zonas de Bajas Emisiones
  • Conllevan muchos beneficios adicionales, como la mejora de la salud de los ciudadanos y un mejor acceso al transporte para todos. De hecho, es la movilidad activa más asequible, lo que ayuda a los estudiantes y a las personas con rentas bajas a incluirse en la iniciativa.

Según el libro blanco "Bicicleta compartida en España", desarrollado por Fifteen e Ipsos, 8 de cada 10 españoles (9 de cada 10 entre los usuarios habituales de la bicicleta) es favorable a la implantación de un servicio de bicicletas compartidas en su ciudad.

Bicicleta pública en España: aprendizajes del pasado

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Las limitaciones de los proyectos en los 2000 fueron una cuestión de costes operativos y tecnología. Aquí trataremos de entender por qué algunas ciudades tuvieron que poner fin a sus servicios. 

El coste del servicio que debe financiar el propio municipio a final de año depende de dos variables principales: 

  1. Ingresos generados por el servicio (ligados a la adopción por parte de los usuarios)
  2. Coste y complejidad de mantenerlo

La mayoría de los proyectos en grandes ciudades sobrevivieron, sobre todo gracias a un uso más intensivo de los sistemas (más ingresos) y a que los costes fijos tenían un menor impacto.

En cambio, en las ciudades medianas, más sensibles a los costes, sólo sobrevivieron en los casos en que se estableció un dimensionamiento y una gestión de flota muy eficaces, junto con el hecho de tener ventajas naturales como ser llanas o no demasiado calurosas para un sistema mecánico, como Girona (Girocleta). 

La realidad es que hoy en día, una ciudad mediana puede tener un sistema de bicis compartidas muy exitoso, y no es cuestión de suerte o facilidades naturales.

Bicicleta compartida en los 2010s: Ni la tecnología ni los usuarios estaban preparados

El primer objetivo de la bici pública es dar servicio al mayor número posible de ciudadanos, lo que contribuye a una mayor tasa de uso (contabilizada como el promedio de trayectos por bici al día) y, por lo tanto, a unos mayores ingresos.

¿Qué ocurrió en la década de 2010?

  • Siendo las flotas totalmente mecánicas, su uso en ciudades con un poco de pendiente o con temperaturas altas se veía drásticamente reducido
  • Inscribirse al sistema en 5 minutos mediante una app no era posible
  • La gente no estaba tan concienciada como ahora sobre la movilidad sostenible y el estilo de vida activo.

Bicicleta compartida en los 2010s: las operaciones no estaban preparadas

El segundo reto de operar el sistema a bajo coste o coste controlado. No fue una tarea fácil en ese momento, debido a:

  • Bicicletas de poca calidad y resistencia antivandálica, con necesidad de mantenimiento frecuente
  • Sistemas poco tecnológicos, sin inteligencia incorporada
  • Empresas operadoras no especializadas en la propia actividad

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Se aproxima un “boom” de la bicicleta compartida en España

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En 2021, 21 ciudades españolas han solicitado fondos Next Gen de la UE específicamente para construir un sistema de bicicletas compartidas. Y esperamos que aumente en las próximas convocatorias. Este interés por la bicicleta pública puede explicarse fácilmente por varias razones.

La realidad actual afecta a los dos factores de viabilidad antes mencionados: la adopción por parte de los usuarios y las operaciones.

Bici pública: se cumplen las condiciones para potenciar su uso

Sobre los usuarios:

  • En España, el 79,4% de la población sabe montar en bici y circular correctamente por las calles. 6 puntos porcentuales más que en 2019. 
  • Los usuarios están acostumbrados a los sistemas de bicis compartidas, ya implantados en muchas ciudades como Girona, Barcelona, Madrid... y alrededor de otras 50 ciudades españolas
  • Cada año hay más gente concienciada sobre la importancia de un estilo de vida sostenible

Sobre las bicicletas eléctricas:  

  • Las bicis eléctricas son más inclusivas; fácil uso para las personas menos en forma, convierten las ciudades con pendientes en llanas, permiten ir al trabajo en verano sin sudar
  • Las bicicletas eléctricas también permiten hacer distancias más largas y un mayor número de viajes al día

Sobre la flexibilidad de los nuevos sistemas: 

Existen algunos sistemas capaces de abordar diferentes tipos de uso, además del clásico “alquiler por trayecto: El alquiler a largo plazo es también un modelo muy eficaz de servicio de bici pública que ayuda a los ciudadanos más activos a disponer de una bicicleta eléctrica personal sin tener que comprarla.

Sobre urbanismo:

La red de carriles bici de las ciudades está mucho más desarrollada que los años anteriores y con expectativas de crecer mucho más.

Operar un sistema de bici pública es más fácil que nunca

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  • Las flota de bicicletas eléctricas se rebalancea más fácilmente que las mecánicas en todas las estaciones de la ciudad, ya que no sólo circulan cuesta abajo.
  • Los sistemas inteligentes conectados (bicicletasestaciones) ayudan al operador a detectar problemas rápidamente e incluso con antelación y, por tanto, a actuar de forma preventiva y no reactiva. Esto puede hacerse con la ayuda de funciones de autodiagnóstico integradas en software diseñado para las operaciones sobre el terreno
  • Las apps móviles actuales son fáciles de usar, facilitan el recorrido del usuario y reducen las llamadas al servicio de atención al cliente. 

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Extra: es posible financiar hasta el 90% de los costes de implementación con los Fondos Next Generation EU

¿Podemos financiar un proyecto de uso compartido de bicicletas con los fondos Next Generation EU?

Se pueden pedir fondos de la UE para proyectos de bici pública, algunas ciudades españolas ya lo han hecho, como Gijón. 

Con ellos se puede financiar hasta el 90% del CAPEX (costes para poner en marcha el proyecto) y hay ediciones cada año hasta 2026. 

Este es el presupuesto de los fondos Next Generation asignados, por año:

  • 2022, 74.051.861,22 €
  • 2023, 31.826.579,30 €
  • 2024, 98.373.046,64 €
  • 2025, 174.031.169,27 €
  • 2026, 81.717.343,57 €
  • Total: 460.000.000,00 

(fuente: boe.es

Y aquí una guía sobre cómo solicitar fondos de la UE para su proyecto de bicicletas compartidas.

¿Cómo optimizar el uso de los fondos?

Dado que los fondos cubrirán los gastos de implementación, pero no los de operativa anual, la mejor estrategia es buscar un sistema de bici + estación de alta tecnología, que tiene 2 ventajas:

  1. Es más fácil de mantener
  2. Mayor adopción por parte de los usuarios, que disfrutan de una experiencia de conducción más agradable. 

Conclusiones

  • Muchos de los sistemas de bici pública de principios de los 2000 en ciudades medianas murieron porque las tecnologías eran muy débiles, lo que impedía un alto índice de uso (y de ingresos) y generaba elevados costes de mantenimiento.
  • La viabilidad de los proyectos es mucho mayor debido a las mayores posibilidades de monetizar el servicio (más usuarios) y a unos gastos mucho más controlados gracias a la robustez de la tecnología y a la estandarización de las operaciones.
  • Los fondos Next Generation EU son una gran oportunidad para financiar la implantación de un sistema de alta tecnología y reducir los riesgos de los gastos operativos futuros.

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